La hiperhidrosis es la producción de sudor excesivo.
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Tipos La hiperhidrosis es una afección que se caracteriza por sufrir el paciente un exceso de sudoración. La sudoración o transpiración es una función de la piel para mantener constante la temperatura corporal. Sin embargo, la hiperhidrosis o exceso de sudor incontrolable e impredecible puede dificultar las relaciones sociales y laborales.
Las personas con hiperhidrosis tienen glándulas sudoríparas hiperactivas y la sudoración incontrolable puede conllevarles una gran molestia, tanto física como emocional, afectándoles en su día a día según incrementa el grado. Así, es común que muchas personas con hiperhidrosis quieran evitar situaciones que requieran de contacto físico, tales como saludar con un apretón de manos. Asimismo, también suelen limitar los movimientos de brazos y adoptar posturas rígidas para ocultar la sudoración de las axilas. También es común que dichas personas se cambien varias veces de ropa, entre otros hábitos.
Según la localización, la hiperhidrosis puede ser: axilar, palmoplantar, gustativa o generalizada, y según la extensión puede ser localizada (abarca una superficie igual o menor a 100cm2) o generalizada, cuando el exceso de sudor abarca una superficie mayor de 100cm2.
La sintomatología es evidente: un exceso de sudor en distintas partes del cuerpo sin causa aparente y de forma incontrolada.
Las causas de la hiperhidrosis pueden ser primarias o secundarias. La hiperhidrosis primaria suele ser más localizada o focal, y la causa es desconocida, aunque es evidente que existe una hiperactividad simpática y exceso de respuesta sudomotora. Hay situaciones de tensión y nervios que acentúan el cuadro. Muchos pacientes explican que se ponen nerviosos cuando detectan que rompen a sudar, por lo que se dispara y sudan más.
En cambio, la hiperhidrosis secundaria responde a situaciones clínicas subyacentes y suele tener un patrón corporal más generalizado: puede aparecer en diferentes momentos de la vida del paciente en relación a distintos hábitos, enfermedades o problemas (ejemplos: menopausia, ciertas drogas o medicamentos, problemas de tiroides, tumores, etc.).
La hiperhidrosis no puede prevenirse, al menos la primaria. La hiperhidrosis secundaria se relaciona con otros problemas clínicos, por lo que si éstos se controlan quizás la hiperhidrosis puede dominarse mejor.
Actualmente existen muchos y diversos tratamientos para la hiperhidrosis:
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